La leyenda de Jack O’Lantern.
Jack O’Lantern (Jack Linterna) es un personaje del folclore irlandés, aunque puede extenderse a toda la isla de Gran Bretaña. Existen varias versiones sobre el relato, como suele suceder en casi todos los cuentos populares.
La versión más conocida es la del granjero que utilizó su astucia para engañar al Diablo haciéndolo subir a un manzano y plantando cruces a su alrededor para que no pudiera bajar. Tanto en esta versión como en las otras, la historia finaliza con un pacto entre Jack y el Diablo. Jack promete liberar al demonio siempre y cuando este no se llevara su alma, a lo que el Diablo accede.
Al principio eran nabos y remolachas
La leyenda dice que cuando Jack muere no encuentra lugar ni en el cielo (por su vida de pecador) ni en el infierno (dado que el Diablo no puede llevarse su alma). Es así como Jack queda errante en la oscuridad eterna, iluminando su camino con una brasa del infierno que nunca dejaría de arder, un regalo a modo de burla del Diablo. Jack introdujo la brasa en un nabo ahuecado construyendo la linterna que le daría nombre.
Desde entonces en Gran Bretaña es tradición folclórica que los niños tallen faroles de fuego fatuo en vegetales como nabos y remolachas. Aunque no está del todo claro, muchos documentos confirman su conexión con la festividad de Halloween a partir de 1866.
Sin embargo, hay algo que aún no cierra. ¿Nabos?, ¿remolachas?...
¿Y las calabazas?
Como siempre sucede en estos casos, el ritual de los vegetales tallados sufrió grandes transformaciones cuando emigró de Europa a Norteamérica. Sucede que Irlanda siempre mantuvo una gran tradición migratoria con los Estados Unidos, por lo que resulta lógico entender como la tradición cruzó el Atlántico.
Lo que no existía en esa suerte de nuevo mundo era la abundancia de plantaciones de nabos y remolachas, por lo que los niños tuvieron que improvisar con calabazas, un vegetal que sí se plantaba en grandes extensiones.
Fue gracias a estas circunstancias que la calabaza tallada con el rostro de Jack O’Lantern comenzó a volverse popular en todo el territorio norteamericano hasta convertirse en el símbolo indisociable de Halloween.
Ver también:
- Calaveritas contra calabazas.
Jack O’Lantern (Jack Linterna) es un personaje del folclore irlandés, aunque puede extenderse a toda la isla de Gran Bretaña. Existen varias versiones sobre el relato, como suele suceder en casi todos los cuentos populares.
La versión más conocida es la del granjero que utilizó su astucia para engañar al Diablo haciéndolo subir a un manzano y plantando cruces a su alrededor para que no pudiera bajar. Tanto en esta versión como en las otras, la historia finaliza con un pacto entre Jack y el Diablo. Jack promete liberar al demonio siempre y cuando este no se llevara su alma, a lo que el Diablo accede.
Al principio eran nabos y remolachas
La leyenda dice que cuando Jack muere no encuentra lugar ni en el cielo (por su vida de pecador) ni en el infierno (dado que el Diablo no puede llevarse su alma). Es así como Jack queda errante en la oscuridad eterna, iluminando su camino con una brasa del infierno que nunca dejaría de arder, un regalo a modo de burla del Diablo. Jack introdujo la brasa en un nabo ahuecado construyendo la linterna que le daría nombre.
Desde entonces en Gran Bretaña es tradición folclórica que los niños tallen faroles de fuego fatuo en vegetales como nabos y remolachas. Aunque no está del todo claro, muchos documentos confirman su conexión con la festividad de Halloween a partir de 1866.
Sin embargo, hay algo que aún no cierra. ¿Nabos?, ¿remolachas?...
¿Y las calabazas?
Como siempre sucede en estos casos, el ritual de los vegetales tallados sufrió grandes transformaciones cuando emigró de Europa a Norteamérica. Sucede que Irlanda siempre mantuvo una gran tradición migratoria con los Estados Unidos, por lo que resulta lógico entender como la tradición cruzó el Atlántico.
Lo que no existía en esa suerte de nuevo mundo era la abundancia de plantaciones de nabos y remolachas, por lo que los niños tuvieron que improvisar con calabazas, un vegetal que sí se plantaba en grandes extensiones.
Fue gracias a estas circunstancias que la calabaza tallada con el rostro de Jack O’Lantern comenzó a volverse popular en todo el territorio norteamericano hasta convertirse en el símbolo indisociable de Halloween.
Ver también:
No hay comentarios:
Publicar un comentario