Marido parásito.

Cuando se intentaba estudiar a los ceratioidos, se encontraban sólo hembras, normalmente con unos parásitos adosados a ellas. No se supo que eran, hasta descubrir que esos "parásitos" eran el resto de los ceratioidos machos.

Cuando un macho sale del huevo, su aparato digestivo se va atrofiando, con lo que son incapaces de vivir independientemente. Deben encontrar una hembra rápidamente. Cuando la halla, olfateando sus feromonas, se pega a su flanco, y segrega una enzima que digiere la piel donde toca, y su boca se fusiona con la hembra a nivel de vasos sanguíneos. El macho luego se atrofia y se vuelve poco más que dos gónadas emitiendo semen en respuesta a las hormonas en la sangre de la propia hembra, indicando la presencia de un óvulo a fecundar. Así, la hembra tiene siempre al macho listo para fecundarla.

Fusilado de aquí.