Al llegar al lugar de la ejecución eran azotados de nuevo antes de ser crucificados, en el supuesto caso de la crucifixión de Jesús se supone que el castigo fue anterior a su sentencia con el fin de causar un efecto apaciguador y causar una lástima que pudiera disuadir de tomar medidas más drásticas o evitar la ejecución en la cruz.
En contra de representaciones como esta la cruz tenía poca altura y los pies estaban a poca distancia del suelo.
Una vez castigado públicamente se unían ambos tablones, el vertical ya se encontraba en el lugar de la ejecución, se tumbaba la cruz y se depositaba encima al preso al cual se ataba, como ya mencionamos arriba en algunos casos se clavaban pies y muñecas a la cruz, eran casos aislados. Los clavos que los romanos usaban eran de trece a dieciocho centímetros de largo, afilados hasta terminar en una punta aguda. Se clavaban por las muñecas. El clavo atravesaba el nervio mediano. Ese es el nervio mayor que sale de la mano y quedaba triturado por el clavo que lo martillaba. Este dolor es similar al que uno siente cuando se golpea accidentalmente el codo y se da en ese huesito (en el nervio llamado cúbito), pero ahora imagine tomar un par de pinzas y presionar hasta triturar ese nervio, ese dolor es similar al que Jesús experimentó. Al romper ese tendón Jesús y por tener sus muñecas clavadas, Jesús fue obligando a forzar todos los músculos de su espalda para poder respirar. Algunas cruces tenían además del apoyo para los pies una especie de "silla" para que pudiese apoyar parte del peso, la función era prologar el sufrimiento del ejecutado, el cual podía soportar su peso durante más tiempo y prolongaba el periodo que resistía sin asfixiarse.
Antes de ser clavado a la cruz, se le daba un cuenco medicinal con vinagre mezclado con hiel y mirra ( el sopor ), con el propósito de aliviar las dolorosas punzadas que iba a sufrir, se supone que Jesús rechazó este trago.
En contra de las representaciones pictóricas la cruz no solía ser elevada, los pies del reo se encontraban a tan solo uno o dos pies del suelo, esto era debido a que la cruz se colocaba en posición vertical con el preso ya inmobilizado sobre ella, los soldados que se encargaban de levantar la cruz lo hacían por medio de cuerdas, con su propia fuerza y hubiese resultado muy complicado elevar una cruz de gran altura.
Algunos ejecutados podían permanecer durante días crucificados y era habitual que sus cadáveres estuviesen suspendidos en la cruz hasta que cuervos, perros salvajes y otras animales se empezasen a alimentar de sus restos, es por eso que se consideraba que una persona ejecutada en la cruz era renegada por Dios, debido a que el procedimiento habitual era el enterramiento con sus consiguientes ceremonias. En algunos casos los soldados encargados de vigilar a los ejecutados punzaban con sus lanzas los cuerpos de los crucificados para comprobar si habían fallecido, se suponía que la sangre se corrompía y oscurecía cuando habían muerto. En la supuesta ejecución de Jesús se punzó uno de sus costados, del que brotó sangre y un "líquido de color claro". Este líquido no es otro que las mucosas que segregaban los pulmones al encontrarse comprimidos, la sofocación provoca el depósito de mucosidad en la base de los pulmones, una herida de lanza en el costado de un cuerpo humano atravesaría el extremo del pulmón izquierdo, dejando salir dicho líquido.
Fusilado de aquí.
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