Para comprobarlo, los autores se basaron en 20 textos cortos traducidos a siete lenguas: chino mandarín, inglés, francés, alemán, japonés, italiano y español, pronunciados por decenas de hablantes nativos.
Una de las conclusiones es que algunos idiomas necesitan más tiempo para contar exactamente la misma historia. Concretamente, los textos en inglés, que se habla más rápido, son mucho más cortos que los mismos textos traducidos al japonés. Sin embargo, las lenguas que se hablan a más velocidad (con una mayor tasa silábica, es decir más sílabas por minuto) tienden a incluir menos información en cada sílaba individual. En otras palabras, la densidad informativa del inglés es menor que la de otros idiomas que se hablan más lento.
Según François Pellegrino, de la Universidad de Lyon (Francia), el estudio confirma que hay varias estrategias posibles de codificación lingüística pero que, ya sea hablando rápido o despacio, en todos los idiomas transmitimos la información con la misma eficacia.
Según François Pellegrino, de la Universidad de Lyon (Francia), el estudio confirma que hay varias estrategias posibles de codificación lingüística pero que, ya sea hablando rápido o despacio, en todos los idiomas transmitimos la información con la misma eficacia.
En el caso concreto del español, que se habla bastante rápido, Pellegrino concluye que utiliza muchas sílabas en poco tiempo pero cada una de ellas contiene poca información. En el extremo opuesto estaría el chino mandarín, que es mucho más lento pero transmite más contenido en cada palabra.
Fusilado de aquí.
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